Existen unas indicaciones concretas para un vendaje neuromuscular en Hortaleza dirigido a personas adultas, pero, en ocasiones, quienes han de recibir este tipo de tratamientos no son solo adultos, sino también niños. Los niños difieren con los adultos en sus rasgos anatómicos y fisiológicos, incluyendo características patológicas. Es por ello que los estudios pediátricos se han enfocado en dichas diferencias con la finalidad de que los niños reciban los procedimientos adecuados. ¿Quieres saber cómo este tratamiento se ha adaptado a pacientes pediátricos? ¡Sigue leyendo!

1. Se concluyó que es importante establecer las diferencias en las técnicas aplicadas a niños y adultos en base a sus rasgos distintivos. La piel de los niños es más permeable, la actividad tanto de sus células sudoríparas como sebáceas es mucho menor, tienen una mayor posibilidad de desarrollar inflamaciones y problemas cutáneos e infecciosos, etc. Además, dado que todavía poseen un esqueleto inmaduro, sus lesiones óseas son muy dispares a las adultas. Por otra parte, los rasgos propios del sistema tanto nervioso como muscular de los niños atienden a necesidades concretas.

2. Dadas las características anteriores, un vendaje neuromuscular en Hortaleza orientado a niños pondrá una atención especial en su piel, y se activará el protocolo de prevención en el que se realizará una prueba alérgica a los infantes para saber si los materiales con los que está elaborado el vendaje neuromuscular no les provocan ninguna reacción alérgica. Esta comprobación se realizará previamente a la primera aplicación.

3. Finalmente se ha concluido que este tipo de pacientes precisan de pocos vendajes, pues de esta manera se disminuyen las posibles alteraciones cutáneas y a su vez les permitan mantener su movilidad. Es preciso aplicar poca tensión en los vendajes de este tipo, incluyendo técnicas más pequeñas que logren minimizar la aplicación.

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