El vendaje es una herramienta esencial en el ámbito terapéutico, pero no todos los vendajes son iguales ni tienen los mismos objetivos. Dos de las técnicas más utilizadas en la actualidad son el vendaje tradicional y el vendaje neuromuscular en Hortaleza, Madrid, conocido también como kinesiotape. Aunque a simple vista puedan parecer similares, las diferencias entre ambos son notables tanto en su aplicación como en sus efectos sobre el cuerpo.

El vendaje tradicional se ha utilizado durante décadas, especialmente en contextos de emergencia, inmovilización o protección de lesiones. Está compuesto por materiales rígidos o semirrígidos que tienen como finalidad restringir el movimiento de una articulación o musculatura para favorecer la recuperación y evitar daños mayores. Se aplica con presión, lo que puede reducir la inflamación, y es muy útil en esguinces, fracturas o procesos postquirúrgicos. Sin embargo, su uso prolongado puede afectar la circulación o limitar demasiado la funcionalidad del área lesionada.

Por otro lado, el vendaje neuromuscular en Hortaleza, Madrid desarrollado en Japón en los años 70 por el doctor Kenzo Kase, propone una visión más funcional del tratamiento. Este tipo de vendaje está hecho de un material elástico que imita la textura y elasticidad de la piel. Se aplica siguiendo trayectorias musculares específicas y con diferentes tensiones según el objetivo terapéutico: facilitar el movimiento, reducir el dolor, mejorar la circulación linfática o corregir la postura, entre otros.

A diferencia del vendaje tradicional, el kinesiotape no inmoviliza. Al contrario, en Ansón Manuel podemos decirte que este tipo de vendaje permite el movimiento y actúa estimulando los receptores cutáneos, lo que favorece la propiocepción y ayuda al cuerpo a autorregularse. Además, su efecto sobre la piel y el tejido subcutáneo contribuye a una mejor circulación y drenaje de líquidos, algo especialmente útil en casos de edema o hematomas.